Claro que
me he preguntado cientos de veces qué es para mí la poesía, cómo algo tan
pobre, hecho solamente de palabras, limitado por las fronteras del idioma en
que se escribe y compitiendo con otras artes gigantescas, puede ofrecer tanto.
Además, igual que muchos de los maestros a los que admiro,
dudo de su eternidad, no de su autenticidad.
Mañana no sé, pero ahora pienso que, al
fin y al cabo, la poesía es como el alma de una cebolla, vas arrancando las
capas y queda únicamente su corazón. Es aire, dirán algunos. Sí, pero es
corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario